jueves, 15 de mayo de 2014

EL CRÁTER EN ETERNAS LLAMAS


"El cráter en eternas llamas" o también llamado "Las puertas del infierno" es un agujero en el desierto Karakum de casi setenta metros de diámetro. No hay absolutamente nada en diez kilómetros a la redonda, ni tampoco en cien, salvo la aldea que le da nombre y la carretera y el ferrocarril que van hacia Uzbekistán. De día resulta llamativo por su amplitud y por su aparente carencia de sentido. Un enorme boquete en mitad de la más profunda y angustiosa de las nadas. Pero si de día impresiona, al anochecer resulta inquietante. En las horas previas a la desaparición del sol bajo el horizonte, el cráter va adquiriendo la consistencia de las puertas del infierno, resaltando la luz de sus llamas en la cada vez más reinante oscuridad. Cuando desaparece la luz natural, quedan el silencio y la oscuridad quebrados por las llamas del cráter.

El cráter no tiene origen volcánico sino humano. A principios de los años 70 un grupo de geólogos soviéticos andaba haciendo perforaciones por la zona buscando petróleo, gas natural y demás fuentes de energía fácilmente vendibles a cambio de divisas. En un momento dado encotraron una cueva que estaba hasta arriba de gas natural. Al perforar derrumbaron todo el techo de la cueva sobre ésta, formándose así el cráter de setenta metros de diámetro, que también tiene unos veinte metros de profundidad. Si bien ninguno de los científicos pereció en el percance, el gas metano que se liberó causó daños al medio ambiente y afectó la salud de las personas en el pueblo cercano, Derweze, causando incluso la muerte de varias de ellas. Al percatarse del escape de gas, que podía resultar muy perjudicial para cualquier cosa que se acercara, los geólogos decidieron pegarle fuego, esperando que éste se extinguiera en unos días. Y desde entonces hasta hoy han pasado más de quince mil días y aquello sigue ardiendo.



De noche el cráter es visible desde varios kilómetros de distancia. Lleva ardiendo más de cuarenta años, y se desconoce durante cuánto tiempo más puede seguir ardiendo. Quizá décadas, o quizá esté próximo a su final. En cualquier caso es la principal atracción turística del desierto. De hecho podríamos decir que es la única atracción turística del desierto. No muy lejos de allí hay otro cráter, pero en este no encontramos llamas sino agua. Eso y la aldea son lo único que tiene vida en un lugar yermo y desolado. 

Lo cierto es que el incendio provocado en el cráter de Darvaza siguió ardiendo. Pasaron los días, las semanas, y los meses, que luego se convirtieron en años. Hasta el día de hoy las reservas en este yacimiento siguen ardiendo, y no hay nadie que pueda decir hasta cuando lo harán. Muchos estiman que serán unas cuantas décadas más, pero hasta entonces esta “Puerta al Infierno” cuyos fuegos no se extinguen seguirá atrayendo a turistas y curiosos por la impresión que causa al verlo.

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